jueves, 13 de octubre de 2022

Lucha poética

 Estar de nuevo en la lucha poética

es no tener descanso de sombra

debajo de este sol de invierno

paraguas de la palabra

la fuente mutable de la que sanan

los que se acercan a refrescar

sus cansados cuerpos

bautizando con cristales los cuellos

y frotando sus grises camisas

en la espuma de musgo de peces

donde brota la voz.

Cajón de-sastre

 Todo el rato buscando en el cajón de-sastre:

poliamor, relación abierta, flesisexual

evitar el amor romántico, temer al ghosting

cuidarse del apego dañino, ser más rápida que el refuerzo intermitente

ver todas las red flags y eludir a sus abanderados

tantas formas complicadas y nuevas

y al final resultaba que amar

solo era hacer una nueva maleta con la ropa vieja de los domingos

tomar ese tren que nunca arriba puntual

tirar de la aldaba tres veces—ni una más—

y volver a casa.

Canción aprendida

 Desplegar el velo de la mentira

y envolverte en ella con su furia

hasta hacerte una elegante mortaja

que pueda parar los guijarros del mundo

que sirva de escudo ante los nudillos

contenido en sutiles y directos movimientos

convertir el valle de la muerte en un paseo

en el que encontrarse a viejos conocidos

que todavía disfruten del perímetro del goce

mirar al amor por el costado

desde donde llegará el puñal

cuatro esquinitas tiene mi cama

sus manos insistieron en la humillación

cuatro angelitos que me la guardan

Los días dichosos

 A nosotras, que el mundo nos ha sigo negado

y los días dichosos siguen en perpetuo sopor.

Que solo nos quedaba el amor

como sostén de lo grávido.

Ahora, que también lo hemos negado tres veces

y vamos errantes mostrando los dos extremos

en los que brota la semilla del llanto.

Ahora nosotras, queremos renombrar el dolor

moldeándolo como alfareras

arriesgadas artesanas del porvenir.

Atentado

 Atentado

Mujeres-mujeres, el amor ya no es un acto, es un atentado.

Tenemos que andar rápidas, cocinar de nuevo su fuego

y ahogarlo sin demora, hasta que se extinga su último abrazo.

Mujeres-mujeres, el amor ya no es la paloma, es un atentado.

Hay que agarrarlo por el cuello hasta dejarlo sin plumas

esperando que agonice en nuestros cansados brazos

a fin de que consiga fundar vuelos más altos.

Mujeres-mujeres, el amor ya no es un puerto, es un atentado.

No podemos dejar que su arquitectura nos asfixie,

que consiga superponer sus angostas manos de muerto

como unas finas paredes de alabastro.

Mujeres-mujeres, el amor ya no es la palabra, es un atentado.

Ya se exilió de los pronombres, ahora vive en islas, palacios y torres;

y derruida la alta atalaya, debemos enarbolar el tú

incluso cuando no haya un nosotras posible.

Mujeres-mujeres, el amor ya no es la semilla, es un atentado.

Hay que tomarlo marchito para que florezca

fecundado con tierra limpia ya de toda modernidad.

Mujeres-mujeres, hay que volver a inventar el amor.

Origen

 Cuando fregar los platos era un acto placentero

pues otros se ocupaban de ello

recuerdo a la abuela limpiando los restos

entremetidos por tanta ariadna redondez

viendo como su pecho todavía loza

no

sufría una pequeña sacudida

—souvenir de leche dormida—con cada retorno

en ocasiones creando interminables senderos

de peladuras de patatas que se amontonaban

—a falta de puntería—en el geométrico suelo

yo subía y juzgaba—tal y como me habían enseñado—

los surcos de su rostro

por los que ya no se atrevían a arar los hombres

de un pasado que apestaba a leyenda

algún día esos platos serán mis platos

algún día esos surcos serán mis surcos

esos grises serán mis grises

¿será esa tristeza mi tristeza?

jueves, 4 de junio de 2020

La fórmula

Me han comentado que usted guarda en el cajón de su despacho la fórmula secreta del amor. Haga el favor de cerrar con doble llave, no vaya a ocurrir un desgracia